jueves, 10 de diciembre de 2009

La fiebre del oro en Cayucupil y Nahuelbuta

Hoy solo quedan vestigios

El oro principalmente segregado en depósitos fluviales a lo largo de Cordillera de Costa fue descrito como una relación genética con los antiguos vestigios de la edad paleozoica, que al erosionar se distribuyeron en casi toda la región. Así fue común citar el interés de muchos afuerinos en llegar a Cayucupil a establecerse.

Al estudiar la distribución de materiales geológicos en la Cordillera de Nahuelbuta se pueden separar en dos fajas perimetrales, una oriental y otra occidental. La porción oeste cuenta rocas metupeliticas y sedimentos silíceos ferruginosos y las vulcanitas. Esto acarrea que en este lugar existan pequeñas manifestaciones de cromita y magnetita, tanto así como derivados del cobre, níquel y zinc.

De ahí en más era probable que todos los sedimentos de los cauces pre cordilleranos tuvieran algún contenido de oro, en cantidades variables entre mg/m3 a gramos/m3. Por ejemplo en el flanco occidental de la cordillera era idónea para la formación de niveles de acumulación de sedimentos. Así los principales más conocidos serían: Mahuilque, Pocuno, Lucatre, Tirúa, Caramávida, Pilpilco, Butamalal y Cayucupil; mientras en la parte oriental Santa Rosa y Purén.

El primer aviso formal en cuestión llegó en diciembre de 1983 desde la CIDERE (Corporación Industrial para el Desarrollo Regional del Bio-Bío) cuando se realizó un estudio en terreno con maquinaria traída desde Estados Unidos. En aquella ocasión se detectó una concentración de 50 gramos de oro por tonelada de arena, mediante el sistema de draga concentradora. Esta nueva herramienta era también reemplazo para la antigua "challa" que se se utilizaba para detectar materiales preciosos.

El plan aurífero en pleno desarrollo en los sectores de Butamalal y Cayucupil, donde varios centenares de hombres están trabajando en la búsqueda de oro, obteniendo entradas mensuales de 10.000 pesos (de la época), con la colección de pepas de 5 y 10 gramos cada 30 días (...) Los Lavaderos de oro en Cayucupil tienen su centro mas amplio en la región.

Diario El Sur, 1985


"De acuerdo a los informes de los expertos, la actividad debe crecer bastante, ya que, se ha constatado que existen zonas de reservas, toda vez que este sector no ha sido explorado en mucho tiempo"

Flor Weisse, Alcaldesa (S) de Cañete 1985




La fiebre del oro desatada tras el conocimiento publico de varios estudios derivo en la creación de pequeñas empresas de hombres dedicada a la búsqueda del metal precioso, que tenían como capital a Pillim-Pilli, un Far West (Lejano Oeste) de la época. Se conocía igual que en pequeñas quebradas del valle de Cayucupil la movilidad de los sedimentos creaba oportunidades únicas para la existencia verídica de pepas de oro de varias decenas de gramos.

Pero en fin se describe como una meteorización superficial del granito (…) El oro residual es de tamaño pequeño y formas irregulares y de baja ley. A fines de los ochenta la fiebre del oro acabaría y consigo las esperanzas de miles de hombres de buscar la riqueza escondida en Nahuelbuta, aún así el "oro verde" es el que aún continúa siendo explotado, que esperemos nos dure más que el otro.


Fuentes: Archivo Prensa. Concejala Flor Weisse (Link)
Distribución de Minerales Metálicos en la VIII y IX Región (Link)
Caracterización y Distribución de Los Placeres Auríferos de Chile (Link)

3 comentarios:

Luis Flores Olave dijo...

Recuerdo en los 60, posterremoto, a mi abuelo Francisco Flores Neira, salir muy temprano acompañando a a un señor señor que solo conocí como "el viejito Antipa" que según me contaron era un "cateador" de oro.
No recuerdo que hayan llegado con oro ni para taparse una muela; pero salian todo el tiempo.

Gerardo Sepúlveda dijo...

Mi padre nacido en Angol en 1921 me contaba que cuando era pequeño, miraba desde la altura de un peñasco, hacia un estero de la cordillera de Nahuelbuta, como brillaba el oro en el agua. Aproximadamente, en el año 1972 regreso a dicho riachuelo y se hizo acompañas por lugareños para extraer oro con cuñas de madera en forma de plato. Estuvo una semana y regreso con unas 6 pequeñas pepitas de oro como muestra. Las trajo a santiago en un pequeño frasco de vidrio y yo las pude ver. Cumplió un sueño de niño y fui testigo de su salida a Nahuelbuta y su regreso con dicha pepitas.

Unknown dijo...

Mi papá y un amigo José Molina ellos trabajan buscando oro en los 60 y 70 en la cordillera de Nahuelbuta y sacaban y vendían sacaban dos a cuatro gramos diarios vivieron y muero trabajando en eso