El primer antecedente que se tiene de una entrega legalizada y concreta del
“Fundo Caicupil” es el 17 de enero 1853 cuando José Ignacio Palma, socio del poderoso Juan Alemparte y cuñado de Juan De Dios Rivera, recibe la donación de los terrenos comprendidos desde el filo de la Cordillera de Nahuelbuta por el este, los llanos de Tucapel al poniente, Caramávida (San Alfonso) al norte y territorios indígenas colindante a Butamalal por el sur. Ese día llegaron hasta Concepción varios indígenas de la zona liderados por José María Quintriqueo y destacan entre sus acompañantes los caciques José Pichiquintriqueo, Juan Mariñan, Pablo Antibil, Pablo Llancamilla, Lorenzo Carpuán, Pascual Lincoggi y José Güenavil. Además comparecen José Melita, Pascual Lepillán, Francisco Marillanca, Pablo Llaupi, Juan Pasllani, Francisco Huenillao, José Mariqueo (hijo), Martín Antillao, Francisco Calbucoi, Juan Güichucura, Juan Leviqueo, Juan Güenuan, Mateo Himanque, Marcos Nicolás Cariqueo, Pascual Liempillán, Luis Calbuqueo, José Buricoi y Bartolo Curapil. Lo hacen junto a los capitanes
Anjel Méndez y Anselmo Arévalo.
La donación es efectuada conforme a beneficios personales, dinero, hospedaje, auxilio y cooperaciones recibidos por los caciques y a la buena relación que se acentúo en el apoyo manifestado por Palma en perseguir los frecuentes robos de animales. Manifiestan de la misma manera que no se hacen pobres con la donación, puesto que aquel terreno no sacan provecho (recordemos que el valle de Cayucupil poseía varios humedales y pantanos en aquel entonces).
Al morir Palma, su concuñado Cornelio Saavedra toma posesión del extenso predio el 14 de diciembre de 1853. Aún así ya el 15 de febrero de 1853 una tercera parte del predio había sido traspasado a don Domingo Ocampo. La viuda de Palma tendría problemas con la familia Cousiño respecto a este territorio tras una venta posterior a José Petit, su nuevo esposo. En 1876, muerto Petit, venden su propiedad a don Francisco Méndez Urrejola. Ya en 1887 inscribe a su nombre varios predios colindantes al predio Nahuelbuta.
Anteriormente en 1885 don Francisco Méndez arrienda la parte más poblada a don Fidel Cáceres Jaque por siete años. Más tarde Cáceres comienza a subarrendar los terrenos ganando por concepto de maquilas. Diez años más tarde hace sociedad agrícola con don Roberto Seibt. Ya en 1896 arrienda mayores propiedades a Bernardo Lamilla Rebolledo, Cleonardo Aqueveque, Ildefonso Araneda y José Antonio Tillería. El 7 de Febrero de 1908 doña Elena Méndez Zañartu, hija de don Francisco Méndez, vende en su totalidad la hacienda Cayucupil a don Fidel Cáceres Jaque por una suma impresionante, un millón de pesos de la época. De aquí se incluyen 100 bueyes, 50 vacas, 200 ovinos y otras dotes de la hacienda. Don Fidel muere en 1923 y en su testamento incluye la posesión de los fundos Santa Clara, Caicupil, Huique, Agua Colorada, Conhueco, Cerro el Molino, Butamalal, Chacay, Calabazo y Reposo.
En 1929 se realiza la partición de bienes entre los herederos Manuel y Anselmo Cáceres Osses. Manuel recibe Caicupil y Calabazo mientras Anselmo recibe Santa Clara y Chacay. Los otros fundos se repartieron en herederos menores. En 1939 Anselmo Cáceres vende a la
“Caja de Colonización Agrícola” el fundo Sta. Clara y a
“Maderas Hernández S.A.” el fundo El Chacay. Justamente en la misma década su hermano Manuel había vendido parte importante de la zona poblada a modo de retazos a la familia Montory. Ya a mediados de los sesenta la propiedad es adquirida por pequeños agricultores transformándose en los asentamientos que hoy conocemos tras la aparición de la Cooperativa Cayucupil naciente de la Reforma Agraria.
Fuentes:
- Archivos Notariales de Cañete desde 1876 hasta 1968.
- Cañete, Crónicas de Cinco Siglos (2002), Clímaco Hermosilla Silva.