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Evalúan positivamente simulacro del Cuerpo de Bomberos de Cañete camino a Cayucupil


La tarde de este domingo 30 de julio se vio interrumpida por el ulular de las sirenas del Cuerpo de Bomberos de Cañete quienes concurrían a un llamado de accidente de tránsito en el sector Santa Clarisa, en la ruta P-560 camino a Cayucupil.

Hasta el lugar llegaron voluntarios de las cinco compañías de bomberos de la ciudad, para atender a potenciales víctimas y para establecer procedimientos de emergencia.

Esta acción estaba enmarcada dentro de los habituales simulacros de la unidad de bomberos cañetina, que calificó como un éxito dicha intervención, dados los tiempos de respuesta y la ejecución de las técnicas de rescate.

El Cuerpo de Bomberos de Cañete está constantemente capacitando a su personal para atender este tipo de emergencias y más aún, considerando que se involucró a algunos familiares de voluntarios para medir las reacciones del personal, por lo que agradecemos a quienes participaron como pacientes.

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50 años de la Reforma Agraria: El proceso que transformó Cayucupil


La Reforma Agraria es el proceso más importante de acuerdo al manejo del territorio agrícola nacional, lo que transformó el campo chileno para siempre.

Inicios de un pueblo

A partir de 1853, la entrega de terrenos de Cayucupil por parte de líderes mapuche y sucesivos traspasos de los fundos que conformaban el valle, obligaron a constantes cambios de dueños hasta 1908, cuando Elena Méndez vende la totalidad de la hacienda a Fidel Cáceres.

Con el pasar de los años, con el terreno ya subdividido en fundos, los herederos de Cáceres mantendrán dominio sobre del fundo Caicupil. Mientras que la familia vascofrancesa Montory adquiere los fundos Santa Elena y Maquehua. Por otro lado, Martin Cigarroa controlaba gran parte de los fundos Pulebu y Puchacay.

Llega la reforma

En 1962 se inicia el proceso, pero a mediados de julio de 1967 entraron en vigor dos nuevas leyes que desencadenaron el proceso de Reforma Agraria de forma definitiva: la Ley 16.640 y la Ley de Sindicalización Campesina 16.625. Esta situación comenzó con cambios radicales en el entorno campesino, en el que Cayucupil no estuvo ausente.

A consecuencia de la reforma eran muy fuertes los rumores que los fundos del valle de Cayucupil serían tomados a la fuerza por campesinos sin tierra de diferentes lugares del país.

Esta situación preocupaba mucho a las familias Montory y Cáceres, ya que en los sectores altos de la cordillera ya se habían producido escaramuzas entre campesinos y dueños de fundos, incluso con enfrentamientos con carabineros y desalojos. Esto aceleró los procesos de venta de parte de los principales fundos del sector: Santa Elena, perteneciente a la familia Montory, y Caicupil, propiedad de la familia Cáceres. Ambas familias mantenían una relación amigable con gran parte de los inquilinos, lo que hacía factible una venta en los términos de la reforma.

Así lo principales beneficiados de esta venta serían campesinos que vivían como inquilinos en el sector y que en su mayoría provenían de los sectores altos de la cordillera, lugar donde no habían podido expropiar los terrenos que ocupaban, dado que la tierra era netamente forestal, por lo que debieron comenzar a bajar al valle. Otro de los acelerantes de este proceso fue la disolución de empresas forestales, tales como BIMA, tras la prohibición de la tala de la araucaria.

En un principio, los campesinos comenzaron con la creación de una Cooperativa Campesina en 1965, la que tuvo a su alero a la Compañía Ganadera, creada en el Fundo Santa Elena, y la Empresa Porcina, con asociados principalmente del Fundo Caicupil.

Esta Cooperativa no estuvo exenta de complicaciones, dado que existían desacuerdos entre algunos campesinos con las subdivisiones, esto principalmente en la empresa porcina correspondiente al Fundo Caicupil, ya que solo seis beneficiarios se quedarían con cerca de 300 hectáreas.

Tras el problema de la empresa porcina, que no prosperó definitivamente, la compañía ganadera Santa Elena – Cayucupil, tomó las riendas del asunto, y comenzó con el proceso de compra a la familia Montory. Esta agrupación de campesinos estaba conformada por Juan Ávila, José Barrientos, Justo Cáceres, Ramón Cáceres, Segundo Hinojosa, Gabino Medina, Olegario Méndez, Ruperto Molina, Eulogio Neira, Isidoro Salazar, Dorilo Sáez, José Sáez y Fernando Sanhueza.

Así, los socios la compañía Santa Elena – Cayucupil pactaron una compra con un plazo de 10 años. Algunos de los integrantes propusieron acelerar este proceso, llegando a pagar el terreno en solo 3 años, mediante la cancelación de dos cuotas. Esto permitió a los socios a recibir 13,7 hectáreas a elección.

Esto despertó la suspicacia del concejo administrativo de la Cooperativa quienes estudiaron rematar estos terrenos, pues alegaban que la empresa Santa Elena les debía dinero. Finalmente, se aclaró que no existía tal deuda y se continuo el proceso de mensura de los terrenos.

Posteriormente los vecinos de Santa Elena, también donaron una porción de terreno para una cancha de fútbol, para el club deportivo local existente desde la década de los treinta, y para un colegio, que solo contaba con un rústico galpón y que con los años se transformaría en internado.

El rol de las comunidades mapuche

La llegada del winka a Cayucupil era indiferente para varias comunidades mapuche, ya que no se contraponen, en un principio, a los intereses locales. Inclusive muchos de los integrantes de estas comunidades tenían trabajo en los distintos fundos del valle.

Esta convivencia amigable cambió con los años, ya que estas comunidades comenzaron a sufrir por la constante reducción de sus espacios. Por ejemplo, en 1963 las comunidades Pablo Huenuan y Eugenio Quetra reclamaban usurpación de parte de sus terrenos. Esto acrecentó el descontento de las comunidades que a principios de siglo habían sido divididas por la comisión de radicación indígena.

De esta forma, con la Reforma Agraria, el pueblo mapuche tenía una gran oportunidad de recuperar parte de lo que reclamaban como suyo, por ejemplo, logrando expropiar terrenos principalmente en Pulebu, pertenecientes a la familia Cigarroa y Etchepare.

A partir de 1968 algunas de las comunidades mapuche lograron tener reconocimiento real de su terreno, algunas de ellas fueron Pedro Melita, Juan Lepillán, Ignacio Lepillán, Pablo Huenuan y Juan Paillañir. Todas ellas registraban problemas de delimitación de terrenos desde antes del comienzo de la reforma agraria.

La contrareforma

Con la llegada del gobierno militar en 1973, la Reforma Agraria llegó a su fin y se comenzó el proceso de contrareforma, que incluía la restitución de algunos terrenos a sus antiguos dueños y la entrega a nuevos capitalistas. Además, se realizaron nuevas parcelaciones en los sectores de Pulebu, San Antonio y Tres Sauces.

En Cayucupil, como los terrenos no habían sido tomados a la fuerza, sino más bien mediante negociaciones y pagos en regla, no se hicieron grandes cambios y se respetó el derecho de quienes se establecieron.

Inclusive, dirigentes de Cayucupil tuvieron participación en los consejos de desarrollo comunal, CODECO, lo que por fin daba a los habitantes de la localidad representatividad en el municipio local.
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APR La Curva está cada vez más cerca de concretarse


Este miércoles 26 de julio se firmó en la ciudad de Concepción el convenio entre el Gobierno Regional y la Dirección de Obras Hidráulicas para concretar definitivamente el proyecto.

Desde hace cerca de diez años los vecinos de La Curva han estado luchando por la concreción de un proyecto que les permita tener su propia fuente hídrica autónoma de agua potable rural.

El proyecto cuenta con un presupuesto estimado en más de 700 millones de pesos y beneficiara a cerca de 250 familias de esta localidad ubicada en el valle de Cayucupil.
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Cayucupil será parte del Proceso Constituyente de los Pueblos Indígenas

Foto: AraucoTV
El Proceso Constituyente Indígena es el proceso de diálogo en el que integrantes de los pueblos indígenas son consultados sobre medidas legislativas o administrativas que puedan afectarles directamente.

Este derecho está consagrado en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que nuestro país ratificó el año 2008 entrando en vigencia el año 2009.

El proceso contempla reuniones en todo el territorio nacional las cuales se inician en el mes de agosto de 2017, y en ellas pueden participar personas, comunidades, organizaciones, asociaciones, y cualquier otra organización representativa de los pueblos indígenas con el fin de resguardar derechos ciudadanos y culturales, territorios, religión, cosmovisión u otros.

La primera Reunión de Planificación se realizará en la Sede de la Comunidad Ignacio LLancapán en el sector de La Curva de Cayucupil, el jueves 10 de agosto de 2017 a las 10.00 hrs.
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Nuevo accidente en sector Puente Caillín provocado por bloqueo de alcantarilla

Foto: Conecta TV
En menos de tres años se han registrado tres accidentes graves en la zona cercana al Puente Caillín, también conocido como Puentes Mellizos. 

La mañana de este domingo 16 de julio, una conductora volcó en las cercanías del sector a causa de la escarcha presente en la ruta. La mujer registró heridas de diversa consideración siendo remitida al hospital local.

Este problema se produce, en primera instancia, por el bloqueo que realizaron vecinos a una de las acequias del sector, para dar acceso a un camino vecinal. Esto produce que el agua escurra por el pavimento, generando humedad durante gran parte del día, situación que ha provocado a lo menos tres accidentes graves en los últimos tres años.

Las autoridades han llamado a extremar las precauciones a raíz de las heladas que se producen en la zona por las bajas temperaturas de los últimos días.
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Certifican en Gastronomía Mapuche a mujeres de Cayucupil


Durante un mes mujeres de la localidad de Cayucupil trabajaron para certificarse en el área culinaria indígena.

Con más de 100 horas lectivas se certificó el curso “Gastronomía Mapuche” que logró certificar a 15 mujeres del Valle de Cayucupil. Esta actividad contó con el apoyo del Programa de Becas Laborales de Sence y la Ilustre Municipalidad de Cañete.

Las actividades del curso se especializaron en la creación de platos típicos ancestrales y asimismo los cuidados respectivos con la higiene y el manejo de los alimentos.

Fueron 100 horas cronológicas de capacitación donde las mujeres aprendieron recetas ancestrales, compartieron experiencias y ganaron nuevas amistades.

Foto: Comunicaciones Municipalidad de Cañete