Este 29 y 30 de noviembre, desde las 09.00 hrs. en el Palacio del Deporte, la Cultura y las Artes de Cañete, se realizara este Seminario, único en el país, que busca entregar una nueva perspectiva de Nahuelbuta, como la zona de la Cordillera de la Costa que posee los niveles más altos de biodiversidad y endemismo (especies únicas en un lugar), pero al mismo tiempo las mayores alteraciones medioambientales y una muy escasa protección ecosistémica.
Más de 200 personas ya se han inscrito en la actividad, y las inscripciones permanecerán abiertas a la participación de la comunidad de manera abierta en el sitio web de la entidad organizadora:
Agrupación Nahuelbuta Natural.
Además se contara con las exposiciones de Leonel Lienlaf (Etica en los Bosques), Oscar Figueroa (UdeC), Miguel Ñeguey (Kimche), Cristian Cornejo, Nemo Ortega (CONAF), Diego Alarcón (Chilebosque), Christian Romero (UdeC), Darío Moreira (Universidad de Alberta, Canadá), Marcelo Rivas Klapp, Virginia Moreno (Massey University, Nueva Zelanda), Carmen Gloria Fuentealba (UdeC), Edgardo Flores, Lily Rivas, Manuel Maribur, Raimundo Garrido, María Popic, Nahual Arenas, Bárbara Neculpán, Gustavo Pineda, Pablo San Martín, Bernardo Reyes, Carlos Vergara (WWF), Claudio Donoso Hiriart, Raúl Briones, entre otros.
Contexto.
Nahuelbuta se encuentra amenazada seriamente debido a la prolongada historia de intervención entrópica severa. Actualmente, la mayor parte de esta cordillera se encuentra ocupada por plantaciones forestales monotípicas de pino y eucalipto, quedando el bosque nativo reducido a pequeños parches distribuidos de forma irregular, con la excepción de los bosques continuos que se encuentran en el Parque Nacional Nahuelbuta y sus alrededores.
Las únicas áreas protegidas por el estado chileno corresponden al Parque Nacional Nahuelbuta (6.832 ha) y el Monumento Natural Contulmo (82 ha) lo que constituye sólo una mínima porción de todo el bosque nativo que aún queda en Nahuelbuta. El resto de los bosques está en manos de propietarios privados, sin regulación ni protección adecuada. Sin embargo, durante los últimos años, han aparecido paulatinamente varias propuestas de conservación público-privadas para manejar estos bosques y procurar su protección.
Se estima que la pérdida de su vegetación natural ha sido superior al 70%. De las 200.000 ha de bosque nativo que se encuentran en la Cordillera, apenas 7.000 (3,5%) se encuentran bajo el amparo del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado (SNASPE). Dos sectores mayores (el Parque Nacional Nahuelbuta y el Monumento Natural Contulmo) son percibidos como bloques compactos dentro de un paisaje en el que se cuentan casi 12.000 fragmentos de bosque nativo. De estos últimos, sólo tres tienen una superficie mayor a las 500 ha.
En la actualidad, las plantaciones forestales ocupan aproximadamente el 45% del paisaje de Nahuelbuta. Esta situación es consecuencia directa de la expansión de las empresas medianas y grandes, que en los últimos treinta años ampliaron sus plantaciones exóticas a costa de terrenos agrícolas y bosques nativos.
Uno de los grandes problemas que afectan a Nahuelbuta es el desconocimiento de sus particularidades tanto a nivel local como nacional. Por lo mismo, la valoración de estos hábitats es casi nula entre las personas que viven en la Cordillera o en torno a ella. Dejando aparte unas pocas acciones de conservación, realizadas por diversos actores públicos y privados, no se han desarrollado hasta el presente políticas de conservación coherentes con lo que la Cordillera de Nahuelbuta representa en cuanto a reserva de biodiversidad.
Es muy necesario dar a conocer esta magnífica región, para que sea valorada como corresponde por sus habitantes, y para que no siga siendo marginada de las políticas públicas de conservación a nivel nacional, ni quede lejos del interés de los organismos gestores de fondos.
Para asegurar la conservación de Nahuelbuta se necesitamos el trabajo conjunto de todos y cada uno de los actores que interactúan en ella. Nuestra gran obligación y desafío es comprometernos a hacer lo que en el pasado no hicimos: Defender y proteger estos ecosistemas montañosos invaluables. Sólo de esta manera aseguraremos la conservación de la biodiversidad y nuestro propio futuro.