Las fotografías fueron divulgadas por El Alma de Cayucupil, tras la denuncia de un vecino de la localidad. Los vecinos se mostraron sorprendidos ante este caso, ya que en el sitio del hecho viven pocas familias, en su mayoría compuestas por adultos mayores. “Es primera vez que ven algo así”, dijeron. “En la zona la gente es muy respetuosa de estos animales, ya que los cuidan de plagas, sobre todo de ratones”, añadieron.
Hasta el momento se barajan dos teorías. La primera dice relación con que el animal murió de manera natural y que fue colgado así para tomarle fotos o para “hacerse los graciosos”. La segunda idea que ronda es efectivamente que humanos le dieron muerte y luego lo colgaron y amarraron para apreciarlo.
En conversación con nuestro medio, Tomás Rivas, presidente de la fundación Ñankulafken, un centro especializado en la conservación de aves rapaces a orillas del Lago Lanalhue, explicó que no se puede emitir un juicio profundo sobre lo que le causó la muerte en base a fotos.
“No es posible saber si está sano con una foto, pero se ve que no es un pájaro que haya estado mucho tiempo enfermo o muerto antes que lo colgaran. En la imagen se ve en perfecto estado”, indicó.
“Eso hace pensar que los tipos lo mataron o lo encontraron recién muerto”, agregó.
¿Qué es el traro?
El traro obtiene su nombre de la cultura mapuche y tiene importancia en la zona desde Bío Bío al sur.
En el aspecto biológico, Rivas detalló que se trata de un ave rapaz pariente de los halcones, aunque forma parte de una familia especial que se dedica al consumo de alimentos de manera oportunista, como carroña e insectos.
“No son aves como los halcones verdaderos, que cazan al vuelo y a grandes velocidades. Son parientes del tiuque, del carancho cordillerano y del carancho negro, que vive en los fiordos del sur”, complementó el especialista.
Además, destacó el hecho que su cuerpo y apariencia hacen bastante llamativo al traro: del pico a la cola puede medir hasta 66 centímetros y de ala a ala su longitud puede alcanzar los 1,4 metros, con un peso de entre 1,1 y 1,6 kilos.
“Hay registros históricos de su presencia en el litoral desde Arica, Iquique o Antofagasta hasta la zona central, pero ya en la región Metropolitana, O’Higgins y Maule no se encuentra”, señaló Rivas.
Luego retoma su presencia a partir del sur de la región del Bío Bío hasta la Patagonia.
En el extremo sur del país es una especie tan abundante que a veces incluso se autoriza la caza de algunos ejemplares.
Falta de educación ambiental
En el contacto, Rivas lamentó que no existan estudios en profundidad acerca del estado de las aves rapaces en nuestro país, con la excepción del cóndor, el que debido a su baja densidad y poca reproducción ha sido objeto de investigaciones a largo plazo.
“Esto demuestra la falta de educación ambiental, no solamente en la región, sino que en todo el país y la necesidad de poner el valor que existan programas de educación ambiental con fauna silvestre”, aseveró.
“Muchas veces, este tipo de acciones irresponsables de gente que no tiene criterio se basan en la ignorancia y para evitar eso, y no solamente que no maten un pájaro, sino el cuidado del medio ambiente en general, se requieren programas de educación ambiental de manera permanente”, afirmó.
Lo anterior, a modo de generar cambios sustanciales en la materia, pero sostenidos y a futuro.
Extractos: BioBio Chile.