lunes, 11 de diciembre de 2006

Vivencias de micro de campo


Son muchas las características que presentan las micros de campo. Existe el pensar que están repletas de gallinas como en las típicas películas de Cantinflas, no es así, pero su realidad no dista mucho de esto también. Desde que tengo uso de razón viaje en la micro de campo y las anécdotas están a la orden del día.

Un olor extraño

Cuando yo tendría unos 7 años. Íbamos de regreso a Cayucupil, nos disponíamos a pasar por la El Avellanal, una pronunciada cuesta en los primero km de la ruta. En los primeros minutos de viaje se sentía un fuerte olor a quemado, hasta que de un momento a otro un denso humo ocupó la parte delantera del bus y se expandió luego hacia el resto de la maquina.

El miedo se apoderó de los pasajeros, ya que, la primera impresión que sintió la gente era que el bus se estaba incendiando. Se me había olvidado mencionar que a esa altura la micro llevaba capacidad completa.

Así que ni logre saber como desaparecieron los vidrios de la micro, la gente se lanzaba desde los ventanales hacia el suelo, varias personas andaban de compras y platos nuevos se quebraban en el suelo. La sensación que sentí en ese momentos fue terrible, gente llorando por todos lados, sangrando, etc.

Hasta que vino la sorpresa, todo el alboroto que se había generado era por un simple trapo que a los encargados del bus se les había olvidado en medio del motor, ya que habían realizado una limpieza.

Tras unos minutos el bus inicio la marcha nuevamente, pero esta vez una brisa invadía el bus. Mucha gente optó por no tomar el mismo bus para llegar a sus hogares, pero varios de nosotros no teníamos mas opción.

Aún recuerdo la sorpresa de los transeúntes cuando veían pasar una micro sin vidrios. Una historia memorable que solo se vive en un bus de campo.

Crudo invierno

Las pannes -o simplemente conocidas como panas- siempre ocurren cuando uno menos se lo espera y alla estábamos todos abajo del bus esperando que pongan el repuesto de un neumático o esperando otra micro porque la actual ya no tenía arreglo. Así que debíamos cubrir trayectos de 8 km a pie solamente, situación que se hacía insostenible en invierno.

Oh... me acordé del invierno, que lindo era venir en la micro y que el río se desbordara... Allá todos teníamos que bajarnos, sortear una pequeña colina, quedando todos llenos de barro para lograr salir al otro lado. Una vez allí teníamos que irnos en cualquier vehículo que nos llevara.

Un susto grande que recuerdo fue cuando uno de los buses intentó pasar por una acumulación pero quedó en medio de mas un metro de profundidad y el agua comenzó a filtrarse dentro, ademas se paró el motor, menos mal que el motor encendió, porque ya me estaba sacando los zapatos. Distinta suerte habían corrido los pasajeros del bus del mediodía, quienes tuvieron que nadar para salir.

Ahora recuerdo aquello del inmenso sacrificio de viajar en el primer bus de la mañana, apretado contra un fierro o asiento mas de 45 minutos, pero bueno, eso es otra historia.

Yo creo que si volviera a nacer...viajaría en un bus de campo a ojos cerrados...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bacan la forma en que describes a los buses de campo....
a pesar que por lo que lei es un poco sacrificado he incomodo a la vez sus recorridos como que en el comentario hay un toque de ternura ... de cariño ... se nota que tu quieres a tu tierra, a tu entorno... a tu bus :-) jejeje
Te felicito por eso .. y ojala que no cambies nunca.
kisses for you...
take care
bye!

Siomara

andres mendez dijo...

con mi mamá viajamos miles de veces en el bus de la mañana,de cayucupil a cañete y de regreso,una verdadera pelicula,lluvias,gente en el techo ,canastos con verduras pollos,las mujeres mapuches con sus trajes tipicos,los huasos en chalas,los modismos idiomaticos tan propios del lugar,¡que barbaro!los recuerdo aun a la distancia y en el tiempo,pero la cosa no termina cuando el bus llega al final del recorrido,lo verdaderamente complicado fué de noche ,lloviendo ,yo ,un chico muy chico,de la mano de mi madre con muchos bultos al hombro,ella alentandome a no quedarme dormido,a caminar,no se veia nada de nada ,yo tenia mucho miedo por el leon ,y creo que ella tambien ,aunque nunca lo demostró.

sandra dijo...

hola soy de santiago pero desde que conoci cayucupil me enamore de ese lugar es un sueño s algo que no puedo describir me encanta todo de alla.

y aprovecho de mandar un saludito a una amiga que tengo en rucañirre señora maria garces la mejor persona que he conocido.

pronto estare por allase despide sandra

sandra dijo...

hola yo soy de santiago y desde que conoci cayucupil hace ya varios años me enamore de ese lugar de ensueños para mi es el unico lugar que espero entregarles a mis hijos sobretodo a mi pequeña isidora adoro ese lugar cayucupil tiene todo lo que uno espera asi que pronto sere parte de esa comuna espero poder ir a vivir muy pronto.

y aprovecho de mandra un saludo auna amigui que tengo alla señora maria garces una mujer luchadora.

y tambien he tenido el privilegio de andar en micros de alla es todo una travesia.

Anónimo dijo...

Hola, soy de Concepción; pero cuando niño y ya joven con mi familia ibamos todos los veranos donde mis tios; allí nos juntábamos con mis otros tios y primos de Santiago y Concepción:
Recuerdos inolvidables que aún estan latentes en mi retina y en mi corazón. Desde que tengo memoría conocí ese precioso lugar, cuando todos sus cerros tenían bosques nativos (hace más de 45 años) y ningún verano dejamos de ir por más de años.
Hace muchísimos años que no voy, pero siempre veo este lindo blog y
hecho un vistazo en el Google maps
Gracias por este blog y mantener el recuerdo de dias inolvidables
Saludos
Hernán

Mauricio dijo...

Gracias amigo por el aporte soy del conjunto maulino Cantaritos del corazón estamos granando un segundo disco de recopilación campesina y tenemos una cumbia que se llama la micro de campo espero pronto puedas escucharla y gracia por tus recuerdos saludos de Linares