Es indudable que si este encuentro bélico los mapuches hubiesen estado al mando del toqui Lautaro, jamás la victoria pudo estar a favor del bando español, pero desgraciadamente al gran toqui desde hacia dos años estaba en el mas allá, junto a los buenos espiritus de su pueblo. Cuando aquella mañana del 20 de enero de 1558 lentamente ingresaban al desfiladero de Cayucupil o Quebrada de Puren llevando grandes cantidades de pertrechos. Tal cargamento como es de suponer iban resguardado por un escuadrón de ciento diez soldados españoles y dos mil yanaconas al mando de los distinguidos oficiales señores Alonso de Reinoso y Miguel de Velasco.
Cuando se hallaban a mitad de la Quebrada de Puren fueron atacados por cientos de mapuches que desde una altura superior arrojaban descumunales piedras y cuanto objeto ofensivo encontraban, causando numerosas bajas. Amen del lógico pánico dado el prestigio guerrero de los indígenas. Cuando la situación se hizo desesperada por las grandes perdidas de vidas y pertrechos. Su comandante Alonso de Reinoso, hombre valiente y curtidos en incontables batallas en la Vieja Europa, decidió con 20 hombres escalar hasta una altura superior a la de donde estaban los indios, procediendo a atacarlos. Ahora fueron los mapuches los sorprendidos del inesperado ataque y pensaron que eran refuerzos los que llegaban. Procediendo a emprender la retirada en franca derrota.
Nadie puede dudar del valeroso comportamiento de Caupolican en la lucha por expulsar a los europeos de Chile a como diera lugar. Tenía este toqui una extraordinaria fuerza. Cuando se eligio en la reunión de Peñón Rocoso (al oeste de Carampangue) al toqui que los guiaría en la lucha contra el invasor, el fue el vencedor tras mantener sobre sus hombros un pesado tronco. En fin Caupolican era un gran atleta, pero no tenía la audacia e inteligencia de Lautaro.
Fuente: Guillermo Inostroza Rojas
Fuente: Guillermo Inostroza Rojas
1 comentario:
La Batalla de la Quebrada de Puren, ocurrio en el sector de Butamalal, y se encuentra como a 800 mt,de donde estaban las casas de don Eleacer Pincheira, hacia el Fundo de los Merinos (que aun viven en la montaña, justo donde se enangosta el camino y existe un precipicio
Fernando Neira
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