jueves, 11 de abril de 2013

“Cayocopil” saluda al mundo en el Cerro Santo Domingo de Valparaíso

Cayucupil ha pasado un tanto inadvertido en la historia de nuestro país, a pesar de tener gran importancia en las decisiones que forjaron los primeros años de nuestra “historia conocida o documentada”. Es sabido que en 1558 a orillas del río Butamalal (Nuelas o Togol-Togol) se disputó una de las batallas importantes de la Guerra de Arauco, llamada la “Batalla de la Quebrada de Purén”, consignada en uno de los cantos del poema épico “La Araucana” de Alonso de Ercilla y Zuñiga.

Años más tarde en el Parlamento de 1692, realizado en la Plaza de San Carlos de Austria en Yumbel, el lof de Cayucupil juega un rol fundamental con la asistencia de los loncos Anteni, Coliepi, Aucallanca y Marinaguel. Quienes en muchos escritos de la época quedan registrados como los loncos de “Cayocopil”, “Caicupil”, etc.

Esa huella ineludible del pasado de nuestro valle ha sido tomada en cuenta por varias ciudades de nuestro país que han tomado a Cayucupil como parte suya, al menos al nombrar alguna calle en su honor.

“Cayocopil” saluda al mundo en el Cerro Santo Domingo de Valparaíso.

En la ciudad de Valparaíso, patrimonio cultural de la humanidad, y a sólo minutos del Muelle Prat y de la Plaza Sotomayor, se eleva el Cerro Santo Domingo, hoy transformado en un barrio tradicional y turístico, que tiene a la Calle “Cayocopil”, como uno de los principales pasajes.

La señora Luisa Arévalo, habitante del lugar, destaca la particular belleza del barrio en un singular comentario: “Antes aquí no se podía ni jugar a la pelota, estaba prohibido; venía la comisión, les quitaba la pelota y se llevaban preso a los cabros. Alguien decía:- ¡Oye, vienen los pacos! Y quedaba la arrancadera para todos lados. Lo que sí, se hacían bailes. Yo tenía siete u ocho años así que esto fue como el 55, por ahí. Todos se juntaban aquí, afuera de mi casa, en Cayocopil. Se ponía amplificación desde una de las casas y se sacaban los parlantes; los cabros picaban la calle, la emparejaban y empezaba.”

Aquí durante muchos años funciono uno de los más antiguos ascensores que se encumbraban al Cerro Santo Domingo. Este ascensor, uno de los 11 funiculares en desuso, funciono desde 1910, a modo de conmemoración del centenario de la independencia nacional. Cobijó a varias generaciones de porteños, que subían desde la calle Cajillas hasta la estación alta ubicada en Cayocopil N°125, hasta su cierre en 1974.

Durante los últimos diez años se han estado realizando grandes esfuerzos para recuperar patrimonialmente las casas del sector, reparando consigo las interminables escaleras que comunican a los cerros, lo que definitivamente hace que “Cayocopil” sea muy atractivo tanto para los visitantes nacionales como extranjeros.
Una vista a la calle "Cayocopil"


El Ascensor "Santo Domingo" mirando al Puerto de Valparaíso.

1 comentario:

Juan Moreno Arenas dijo...

Hola, escribo desde Colina, Región Metropolitana, muy cerca de mi lugar de trabajo en Lampa, ya hoy jubilado pero aún activo en una de las industrias del sector. Mi nombre Juan Manuel Moreno Arenas, nacido el 5 de Abril de 1954 en Cayocopil 41, orgulloso de mi cerro. Mi madre Margarita Arenas Medina muere el
17 de Junio de 1955, hija única de mi abuelo Juan Arenas Arenas. Tuve que pasar mi infancia entre el dique y el ascensor y a quienes agradezco mucho mi cuidado porque mi abuelo tenía que ir a trabajar. Mi padre regresó de Argentina a mis cinco años, cuando le conocí. Hoy todos ellos están en su eterno descanso y no podía dejar de escribir emocionado al ver este blog. Un saludo a todo ese cerro tan sufrido y esforzado en especial a mi Cayocopil que guardo en el fondo de mi corazón. Aún recuerdo cuando tenia 17 años y subía o bajaba por calle Marquez de regreso de mi USM a casa con solo el pasaje de ida o de vuelta pero logré ser lo que quería. Hoy después de tantos años de mi profesión Ingeniero Ejecución Químico solo un abrazo a quienes me recuerden y a nuestros hijos de ese hermoso cerro decirles que las metas siempre están ahí al alcance de tu esfuerzo....Un abrazo Juan...muchas gracias por esta oportunidad