La Sra. Juana Proboste es de esas mujeres del campo que no anda con chicas... Vive en plena Cordillera de Nahuelbuta haciendo patria. Sabe ponerse en su lugar y lucha porque su comunidad tenga lo necesario para salir del aislamiento; esta vez le toco al operador de la motoniveladora de vialidad, quien recibió las instrucciones de la Sra. Juanita y también conoció la hospitalidad del lugar.
Ella vive en el Sector denominado El Natri, a unos 35 kms. hacia el oriente de la comuna de Cañete, un lugar duro, agreste, casi olvidado y surcado por cerros cordilleranos, que en su tiempo fuera una rica reserva de bosque nativo.Hoy viven no mas de 20 familias que se aferran a la tierra de sus antepasados. Las demás familias de aquellos años buscaron nuevos horizontes y se instalaron en el villorrio de Cayucupil y Butamalal, vendiendo sus tierras a las forestales y viviendo actualmente en pequeños sitios y parcelas sin pena ni gloria. Camino al sector cordillerano del Natri, tuve que pasar frente a este paisaje, que necesariamente me hace pensar que las acciones del hombre tienen consecuencias...
Alguien dijo una vez: Hay que plantar bosques... y bosques se plantaron por todos los rincones de nuestra comuna, incluso los antiguos vecinos del sector vendieron sus tierras a las Empresas Forestales...; cuando los bosques estaban grande, había que explotarlos y producir mucha madera, pero alguien dijo... necesitamos caminos y rápidamente cientos de camiones fueron a las riveras del río Butamalal y sacaron toneladas de piedras para hacer caminos en la cordinera... y por su puesto, todas estas grandes ideas generaron empleos y riquezas, pero uno de los pocos detalles que se les escapo fue, que la rivera de este hermoso río nunca más volverá a ser lo hermoso que fue... ha quedado una herida abierta... quién la cerrará?
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