Resulta bien difícil y complicado que hoy en día en nuestra civilización existan personas que no conocen ni siquiera los automóviles o algo que se les parezca, pero existen algunos animales que son la excepción a la regla.
Nacidos y alimentados con los interminables pastos de los cerros, muchos de estos vacunos y algunos ovinos viven en el "pseudo abandono", ya que, los campesinos los dejan durante largos periodos en lo alto de la cordillera para volver a buscarlos al paso de unas semanas.
Cuenta la historia que una vez un campesino de la alta Cordillera de Nahuelbuta bajó una vaquilla hasta la Villa de Cayucupil para venderla posteriormente. La dejó encargada donde un conocido del sector para que se alimentase del forraje que allí existía.
Pasaron unas semanas y al encontrar comprador para la vaquilla el campesino bajo nuevamente al valle, pero grande fue su sorpresa al encontrar su animal "en los huesos" y reclamó airadamente los "malos tratos" de su amigo.
El amigo de Cayucupil le respondió: "Su vaquilla iñor se lo llevaba mirando los autos no más, ni comía, shi' mirela como quedó, si ni los conocía".
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