jueves, 12 de julio de 2018

La ranita de Darwin es declarada como especie "en peligro"


La continua baja de su población, pérdida de hábitat, cambio climático y la acción de un hongo que las está diezmando figuran entre las razones para su reclasificación. 

La ranita es uno de los principales anfibios que habita en el sector de la Cordillera de Nahuelbuta, donde mantiene sus últimos espacios sin intervenir.

Son tantos los problemas que enfrenta la ranita de Darwin ( Rhinoderma darwinii ) que la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), que elabora la lista roja de las especies del planeta, decidió pasarla de la categoría "vulnerable" a "en peligro".

Entre las razones de la recategorización, que se hizo efectiva este mes, están la continua declinación de sus poblaciones, la severa fragmentación de su hábitat, el cambio climático y el impacto de la quitridiomicosis, enfermedad que produce un hongo y que puede ser letal. "Que haya pasado a un mayor riesgo significa que a la rana le está yendo mal, pero esto también tiene un lado bueno, ya que, al estar en esta categoría, ahora habrá mayor interés científico, más acceso a fondos internacionales y una urgencia por protegerla", destaca Claudio Soto, director del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la U. Andrés Bello. El científico además forma parte del grupo de especialistas en anfibios de la UICN.

El Ministerio de Medio Ambiente ya le había otorgado la misma categoría, pero esta rige solo a nivel local y no internacional. La mayor preocupación es la quitridiomicosis, que puede llevar a la extinción de las poblaciones que están infectadas.

El hongo se ha expandido especialmente en la zona centro sur y todavía no llega a Aysén. Como medida preventiva, en la reserva natural Melimoyu, ubicada en esa región, por ejemplo, solo se puede acceder a ellas con fines científicos. "Antes de entrar al sendero hay que desinfectarse los zapatos y no se las puede tocar con las manos", dice la bióloga Paulina Bahamonde, investigadora asociada de Fundación Meri, que administra el área. "Las hemos monitoreado durante cuatro años y todavía están libres del hongo", destaca.

Como una forma de proteger a la especie, desde el año pasado está en preparación una estrategia binacional de conservación entre Chile y Argentina, que combina el trabajo de universidades, gobiernos, ONG y diversos sectores de la sociedad.

Entre las propuestas que manejan están restaurar hábitats deteriorados y reintroducirlas en las áreas que han desaparecido.

Durante la preparación de este documento lograron identificar 66 poblaciones de la especie, las que en Chile se distribuyen entre las regiones de Biobío y Aysén. Cada una varía entre 10 y 100 individuos.

Como el macho incuba a las larvas en su boca hasta que se desarrollan, solo pueden crecer unas pocas crías a la vez, lo que la hace una especie muy frágil. Andrés Valenzuela, presidente de la ONG ranita de Darwin, señala que los adultos se mueven en promedio menos de 10 metros al año. "La posibilidad de cruzarse con otras poblaciones es muy baja y menos si su hábitat está alterado".

Fuente: EMOL

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