jueves, 24 de enero de 2008

Sebastianos estrecharon fuertes lazos con la comunidad de Cayucupil

Setenta entusiastas alumnos de los campus Santiago, Concepción y Talcahuano; cambiaron sus libros y cuadernos por tablas, clavos y martillos para dar inicio a los primeros Trabajos de Verano de la USS e ir en ayuda de familias en extrema pobreza.

Cayucupil, ubicada a 15 kilómetros de Cañete en la provincia de Arauco, fue la localidad escogida por los Sebastianos. “Tres meses antes de los Trabajos de Verano viajamos a variascomunas de la región; pero en Cayucupil nos encontramos con familias que realmente necesitaban ayuda”, afirmó la Jefa General de la iniciativa solidaria y estudiante de IngenieríaCivil en Biotecnología, Carolina D’Ottone.

Durante la estadía de 10 días, los jóvenes construyeron 7 mediaguas; que incluyeron forrado interior, instalación eléctrica y terraza; y realizaron talleres de desarrollo comunitario, en las áreas social, jurídica, educacional, y de la salud, ello aprovechando la diversidad de carreras que imparte la USS.

La actividad, organizada por la Dirección de Asuntos Estudiantiles, ejecutada por los alumnos y respaldada por las autoridades de nuestra Universidad, marcó un importante hito en sus vidas. “Para mí fue una experiencia inolvidable, se formaron grandes lazos de cariño y amistad, conocimos un mundo distinto con gente que vive en extrema pobreza y vivimos emociones muy fuertes al haber compartido con ellos y con las autoridades en torno a un mismo fin. Además se fomenta lo que la Universidad quiere, que es formar no sólo profesionales sino que también personas”, enfatizó el Jefe General de los Trabajos de Verano 2008 y estudiante de Ingeniería Comercial, Juan Pablo Vergara.

Por su parte, el Jefe de comunidad y estudiante de Ingeniería en Turismo, Esteban Valenzuela, afirmó que “en estas actividades sale lo mejor de cada persona, hemos trabajado día a día y formamos un grupo humano inolvidable gracias a la oportunidad que nos dio la Universidad. Eso no se aprende en la sala de clases, sino que afuera, así que tenemos muchas ganas de seguir con todo esto”.

Pero el entusiasmo y el cariño no eran suficientes, se necesitaba financiamiento para esta cruzada solidaria. Por ello, los alumnos cofinanciaron la suma de 4 millones de pesos, principalmente, a través de donaciones de empresas, aportes de la Municipalidad y un bingo que realizaron en diciembre donde participaron alumnos, funcionarios y autoridades.

“La cooperación dentro de la Universidad ha sido un éxito, lo que demuestra que todos nos podemos integrar y crear una comunidad Sebastiana sin que exista esa barrera de separación entre alumnos, funcionarios y autoridades. Hacía falta este tipo de actividades sociales”, puntualizó D’Ottone.

Si bien la labor de construcción terminó, los jóvenes decidieron seguir con la ayuda en Cayucupil, porque “nuestra visión es hacer un seguimiento a las familias, es por ello que ahora iremos con un grupo de alumnos y autoridades, encabezado por el Vicerrector de la Sede, Enrique Lantermo Gillet; a entregar alimentos, ropas de cama y de vestir a las familias que ya intervenimos. Además, hemos pensado en ir a fines de febrero o principios de marzo a pintar el internado donde estuvimos alojando, con el fin de seguir aportando a la localidad”, agregó Vergara.

Así, las generaciones sebastianas privilegian la labor social, generando una experiencia enriquecedora e inolvidable en todo ámbito.

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