lunes, 23 de agosto de 2010

Los últimos propietarios de Rucañirre, Puchacay y Pulebu

Emplazados en el Valle de Cayucupil estos amplios terrenos sirvieron como base para el establecimiento de las comunidades mapuche actuales. A la vez, sufrieron el paso del tiempo pasando en distintas etapas administrativas de las que se tiene razón sólo desde mediados del siglo XIX.

Rucañirre, esta pequeña villa ubicada entre Tres Sauces, Puchacay y la Villa de Cayucupil allá por 1877 pertenecía a Pascual Liempillán quien vendió a Manuel Echaiz Baeza sus dominios.

Eduardo, hermano de Manuel, sucede las cuotas heredadas de otros hermanos y las vende posteriormente a José Filadelfo Salazar, pero reservó parte de la propiedad para sí. En 1891 los hermanos Echaiz Baeza venden a la familia Schliebener sus terrenos en Butamalal. Los límites de la propiedad son al norte el Río Cayucupil, al este el Estero Llihuín, al oeste el Estero Liucura (Piedra Blanca) y al sur en línea recta hasta Reputo.

Pulebu y Puchacay pertenecían por esos años a indígenas como Francisco Maril, Antonio Llanqueo, Lorenzo Queupán, Pablo Calbulao, Juan Anchío, Francisco Llaupi, José Pichicoi, Juan Quintriqueo, Pascual Maricoi, Juan Llanquileo, Juana María Millaguir, Juan Millales, María Panchilla y la familia Llipicoima. En 1876 Pedro María y Jenaro Carrillo compran a estos indígenas los terrenos de la propiedad al oeste de Rucañirre hasta el Estero Reputo, al sur el Estero Anihuetraro y colindado por el Río Cayucupil (Leiva) en las otras direcciones.

Diez años más tarde José Ignacio Méndez compró 200 cuadras en Pulebu a Juana Llauqui Quintriqueo. En 1889 Pedro María y José Carrillo venden otras 50 cuadras a Delfín Fernández, concretando una venta total de sus dominios en 1891 por $9.334 de la época.

En 1888 es donado a Ambrosio Aravena por parte de su hermano José Manuel la mitad de “sus terrenos” en Puchacay. En 1890 Gregorio Villarroel comienza a realizar sus compras en Pulebu a Juan Quintriqueo. En 1893 Juan José Aravena es propietario de la mitad de Puchacay al comprar a indígenas como Lorenza Panchilla Mayuca, Lorenza Queupán, Rosa Leviqueo y Josefa Llancache.

En 1900 Villarroel vende a Otto Seeger el fundo Pulebu en $8.000, casi doce veces más caro de cuando lo compró. Gregorio Irigoyen en 1911 se adjudica retazos en los Fundos Pulebu y Puchacay tras remate de la propiedad de Delfín Fernández. En 1923 el hermano de Gregorio, Miguel, vende a Don Amador Guzmán Hermosilla su propiedad y subdivisiones en Reputo. En 1929 los herederos de Guzmán Hermosilla venden Pulebu y Puchacay a don Carlos González Candía, quien a su vez lo traspasa a don Martín García Larroulet en 1931.




Fotografías: Fabián Valenzuela - Siomara Varela
Fuentes:
- Archivos Notariales de Cañete desde 1876 hasta 1968.
- Cañete, Crónicas de Cinco Siglos (2002), Clímaco Hermosilla Silva.

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